Casa Figueroa: juego a mano
Delfina cose y pega. Imagina historias a partir de sus libros de fieltro -los mismos que, me cuenta, soñó que hacía, incluso cuando no sabía coser ni un botón-. Llenos de bolsillos, de paisajes, guardan narrativas infinitas. Me cuenta que antes de tener a su Margarita, tenía un local de decoración por Pilar. Y que después de tenerla, la exigencia se hizo difícil. Eligió, entonces, seguir haciendo ambientaciones, un poco como hobbie. Pasados unos años, resume: “Casa Figueroa somos mis dos hijas y yo. Ellas me inspiran todos los días con su imaginación, cuando quiero desarrollar un nueva idea, les cuento a ellas y entre las tres dibujamos ideas nuevas“.
Cuando llegó la escolarización (uno de los momentos que más dudas, idas y vueltas suelen generar), investigó sus opciones hasta que dio con la pedagogía Waldorf. Hizo un curso de un año para entenderla mejor y se fascinó con la importancia de respetar los tiempos de cada niño; la búsqueda de juguetes más naturales, de materiales más sencillos y la importancia del arte y las manualidades. Vinieron talleres de juego y arte y luego, la confirmación de querer dedicarse al mundo de los niños.
Después de aquel sueño revelador, Delfina hizo bocetos y fue a Once para comprar fieltro, agujas. Por medio de una amiga conoció a Ana Gaugin -(apellido célebre)-, “artista y dueña de un taller increíble que me enseñó técnicas para coser y trabajar el fieltro. De a poco mis ideas se fueron haciendo realidad, empecé con títeres, muñecos de tela. Investigando, conocí los peg dolls! y me enamore“.
“La idea de los libros es que los chicos desarrollen su creatividad e imaginen miles de situaciones en un paisaje que puede ser de montañas, de bosque; una noche estrellada, el campamento de una tribu, con los personajes. También ayuda a desarrollar la motricidad fina porque es un paño que se enrolla y ata. Y cada peg doll tiene su propio bolsillito“.
Pensados para niños a partir de los 3 años, los libros-juguete de Casa Figueroa están hechos de fieltro, tela, incluyen los muñecos de madera pintados a mano, con pintura no tóxica, más “cualquier cosa linda que encuentre en la mercería o entre los juguetes de mis hijas (como canutillos para hacer pulseras)“.
Los libros se pueden personalizar (con el nombre del niño bordado) y también se pueden pedir los peg dolls solos, que vienen en una bolsita de fieltro. Es, atención, un juguete ideal para transportar y viajar.
Delfina vive en Estados Unidos (hasta dentro de poco) y los juguetes de Casa Figueroa (por ahora) se consiguen en Etsy.
Casa Figueroa en Etsy
Casa Figueroa Instagram
5 cosas que dijeron
Que linda la nota!! Que bien escribís, te felicito. Casa Figueroa merece tener muchísimo éxito, además de creativa se nota mucho amor en lo que hace! Quiero varios!!!
Gracias Luis, qué lindo comentario (y qué hermosa tu obra!). Casa Figueroa es de esos proyectos que gustan por más razones que lo bello. Un abrazo!
Qué bueno Delfina!!! Te felicito y te mando un abrazo para vos y para tus musas inspiradoras Margarita y Elena… Y obvio, para Diego ??
Lindísima la nota! Delfi me encanta este proyecto, es maravilloso. Sos una genia, te felicito!!!
Genia Delfi! Cayetana ya tiene la suya ??!!